En un poblado japonés, se cuenta que hacia el año 800 un joven emperador del antiguo Japón envenenó a su hermana, lo cual le llevó a su destierro de palacio. Su nombre era Hoshitaka Omure.
Hoshitaka encontró como refugio para dormir una pagoda abandonada. Pasó allí una noche, y otra, y otra… Pero un día encontró a una joven campesina que pasaba por allí; esta le preguntó que hacía en la pagoda maldita, a lo que este respondió: ¿Qué hace usted por aquí, saludando al emperador maldito?
- no he oído hablar de vos - respondió la campesina.
- pues permitirme el placer de contaros mi historia: fui desterrado por ser acusado de envenenar a mi hermana, lo cual fue incierto. Yo soy Hoshitaka Omure ¿y vos?
- yo soy Kaede, protectora de este santuario desde hace diez años - dijo la campesina - ¿y esos ropajes de oro?, tienes que tener cuidado porque por aquí hay muchos bandidos, te los podrían robar
- intentaré tener más cuidado – dijo este al oír su comentario – ¿no tendréis vos un lugar donde pasar la noche? Es que esta pagoda me parece un poco incómoda.
- sí, justo a detrás de esta montaña – dijo Kaede – solo que hace 8 años saquearon el poblado, por lo que por eso solo vivo yo
- y con las demás casas, ¿Qué ha pasado? –preguntó Hoshitaka
- ahora, las ruinas y las demás pagodas que permanecen en pie son mías, ¿de quién iban a ser sino? – le contestó esta
Estuvieron hablando por todo el camino hasta su casa. Al llegar, este se dio cuenta de que había elegido la casa más grande: tenía 1 jardín y hasta 2 salones pequeños.
Mientras cenaban, Kaede le contó la historia que ronda alrededor de esa pagoda:
Hace 1000 años, un shinigami creó una pagoda que tenía el poder de maldecir a todo aquel que entre en dicho edificio; quien entrase, además de irse a otra época totalmente diferente a la que vivimos, tendría la maldición de hacer sufrir a la persona que más ama, es decir, te metes en la pagoda maldita, y cuando te despiertas estás en otra época con la obligación de hacer al menos sufrir una vez a la persona a la que amas
Entonces… – dijo Hoshitaka – al entrar yo en la pagoda… ¿viajé a esta época?, entonces ya tiene sentido que no sepas que yo era el emperador maldito
-ya está – gritó Kaede entusiasmada - ¿Qué tal si te quedas a vivir en este poblado?
- eso me encantaría, pues no tengo a donde ir – dijo Hoshitaka – pero me temo que los campos de cultivo que pasamos hace un rato son vuestra fuente de alimento, y yo sería una carga para vos
- me ha llegado la información de que por aquí están buscando a samuráis, ¿no os habéis enterado? – dijo Kaede con el mismo entusiasmo
- pero como he sido desterrado, está prohibido que me acepten – aclaró Hoshitaka
- pero ahora no saben que te han desterrado ¿no os acordáis que vos estáis en otra época? – siguió diciendo Kaede
Kaede logró al final que Hoshitaka se apuntase a ser un samurái, aunque, al llegar allí, estaba tan desesperados con encontrar gente que lo cogieron si más, aun que tuvo que jurar que si alguien se lo preguntaba tendría que decir que si se las habían hecho.
Su primera misión era encontrar una máscara de nô, la cual estaba enterrada en algún lugar del monte Fuji, pero dio la casualidad de que la encontró sin más:
- Que fácil ha sido encontrar la máscara de nô, pero… ¿por qué hay tanta oscuridad? –dijo Hoshitaka extrañado
Miró hacia arriba y descubrió que estaba en la pagoda maldita, y en cuanto quiso salir… estaba en otra época, pero descubrí que tendría que matar a la persona que más quiere en esta época.
Un samurái, al ver los ropajes de este otro, le dijo que si quería acompañarle en su misión:
Matar al ladrón de joyas de Hokaido.
Hoshitaka aceptó, pero la desgracia fue brutal; una vez que hubo matado a ese ladrón de joyas se dio cuenta de que era su hermana, la que su muerte le llevó a su destierro, ahora lo veía todo claro; había matado a la persona que más quería en esta época.
Volvió a entrar en esa pagoda, y una vez que estuvo fuera, se puso la máscara de nô:
Kaede desapareció a los pocos días, pero algo raro ocurría, la máscara de nô le había poseído hasta el punto de matar esta vez a Kaede.
Sus gritos de dolor sonaron para toda la eternidad, pero un shinigami se le apareció por la espalda:
- bienvenido a la crueldad – contestó el shinigami – a partir de ahora, vivirás eternamente, pero cada día tu condena será peor
- no puede ser que haya sido tan tonto – dijo Hoshitaka extrañado
Kaede entró por la puerta, y vio que ella misma estaba muerta
- Hoshitaka – dijo Kaede mientras lloraba – te tendré que convertir en un shinigami para sí poder hacerte sufrir:
Yo soy la persona a la que más amas, pero para hacerme sufrir deberás crear una pagoda maldita, donde una vez allí, tendrás que esta esclavizado a ella para toda la eternidad y al sufrir.
- entonces tu… - dijo Hoshitaka
Dicho esto, Kaede se alejó en el horizonte mientras se desvanecía en el aire el cuerpo de Hoshitaka.
El shinigami que creó la pagoda se llamaba Hoshitaka Omure Kyoto SasameTachibana.
Si alguna vez vas a Japón, te cuidado con las pagodas que hay en el monte Fuji, podrías entrar en ella y sufrir para toda eternidad, como le pasó a Hoshitaka, el actual shinigami creador del sufrimiento.
¿Qué pasó con Kaede? Eso es un misterio, pero dicen que se fue hacia Europa a intentar seguir matando gente, y conducirles hacia cuevas donde se morirían con dolor y sufrimiento. |